divendres, 28 de desembre del 2012

Sequedad




Desgranar el momento y darse cuenta de la singularidad en la espera. No queda duda de que tras el paso de una maldita fragancia de calor intenso, se deshacen los filamentos  entre bastidores que ocultan los pasos en una artística verosimilitud. Acariciar los diretes de una fregadera cuando en la búsqueda de la libertad se convierten las cortesanas en pura historia. 


Un fracasado perseguido por la premonición. De la brusquedad del vacío a la sobriedad de la mirra navideña. En la cima no aparecen las semanas de sendas guaridas cristianas y como en la noche al crisparse sin la nieve, explota la vergüenza en palabras que berrean los años escondidos. 


Fumar cigarrillos con lejía para saborear la sequedad del inhalador caducado entre colillas y alcohol medio desaliñado.