Los intentos no quedan llorando por ti.
Quizá intentar valga la pena en un sueño
donde sí me sonrías.
De nuevo en ti piensa el marco
de este espejo sucio.
Han quedado tan lejos los recuerdos
que llorará la luna esta noche de nuevo.
Y yo reiré,
y lo haré solo,
con la tinta de mis poemas.
¿Crees que me quedo triste en este bar?
No sé escribir lágrimas con tu nombre.
Este invierno me consuela el aire frío.
Abrazaré a nadie mientras sé
que aunque no me quieras
soy feliz con tu ausencia.
Miento.
No me olvides...
El engaño, un escudo que hemos aprendido para que no nos lastimen, mentirnos a nosotros mismos... aunque no funcione... no es real.
ResponEliminaCierto Isa. Me ha encantado lo del "escudo para que no nos lastimen".
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