De un lado para otro camina Amália saboreando lo que los demás no saben ver como dijiste; saudade de palabras castigadas por la belleza de una verdad vista desconocida. Vida de imágenes suspirando por voces lusas de la Alfama más liboeta, de Florbela Espanca emocionada en las puertas de un bienestar descabellado que no deja cerrar los ojos de corazones descubriendo el sentido de emocionarse. Lo que jamás desearon los perdedores desde su alegre aventura hacia el conocimiento galopante sin guitarras portuguesas. Deja que me apiade de unas voces desgarradas, de una triste alegría con nostalgia por las calles de Cascais con el reflejo lejano del Tejo balanceando un imperio de memorias y negros trajes entre el tumulto de un público callado por verte, sentirte y escucharte.
O meu fado por el pueblo que lava el río bajo la sombra en blanco y negro de un pasado fadista entre siglos y secretismo analfabeto al escribir más allá de lo superficial en apariencias absurdas entre desiguales. Mi fado de corazones para Maria en un vinho amargo de la espera, en un brazo dado entre figuras excelsas decoradas por la belleza de un sonido creído negro pero idealizado por un blanco oscuro. La voz del fado como la luz en la cruz de la más agónica guitarra acariciada entre manos de pescadores enamorados de Rita jurando lágrimas por un pasado convertido en utopía. La amargura de lo que sabe tierno al escuchar un fado entre claveles por balas de canciones casi muertas mas abriendo puertas vencidas girando la morería una y otra vez entre sonrisas tristes y sollozos cantados por las siete colinas. No se puede describir lo que una nota fadista puede llegar a mover entre los presos de vestidos rigurosamente negros sobre un tablado pequeño y unas manos que saben esculpir saudades en el aire.
Agora con agua y miel, tristeza con pan y a través de mi voz vuelve a falar o meu fado. No puedo dejar de chillarle a mi alma que me diga hacia dónde voy entre las rosas del perfume tan desojado de mi jardín, vociferando unos fados rotos en los tranvías fantasmas de Obidos. Apenas descubro el secreto más fondo y más puro en una canción premeditada por un sentido regalado de todo cuanto nuestro amor quiere llegar a saber del alma de nuestra tierra. O bacalhau de ondas sagradas que me deja bajar sus aguas y darle um beijo suspirado. Déjame que te escuche con mi desguazado berrinche de un sol cayendo sobre las aguas del mar inmenso donde se une la voz de un Portugal antiguo llamando por Camões una epopeya bailada entre poemas de diez versos que saben producir el espíritu del más inocente poeta lusitano. Tenebroso el Minho cuando Lisboa anochece y se realzan las paredes con janelas en una casa portuguesa a la voz de un fado.
No le preguntes a María por el dolor que le tortura sin razón pues se le pierde el amor al querer por las calles una saudade. Ni el olor del fado conoce dónde muere la suerte ni adivina el castigo de las horas en que el amor viaja con el viento y el miedo de una ansiedad entre la lluvia del olhar sonríe palabras de Porto. Ya me dejó como si mandasen las palabras y se mojase el desierto con un fado a la luz de la poca ausencia de unas velas.
¡O meu fado de dulces puentes y recuerdos enganchados!
Gracias por tus pequeñas verdades cuando escuchas la mañana y la sombra del aire. Mi fado es el futuro que enamora mi pasado. Sin ti se mueren sin pena mis recuerdos.
Qué agusto me he quedado después de escribir esto. Lo necesitaba. Todavía es poco. El fado es mucho más pero me faltan palabras para describir lo que siento cuando escucho a Mariza y a todas las demás.
ResponEliminaMi amigo Javi me ha regalado entradas para el concierto de Mariza en el Palau de la Musica, voy a llorar de la emoción.
ResponEliminaYo también quiero que Javi sea mi amigo :)
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